miércoles, 9 de octubre de 2013

Estadisticas y Graficos sobre la violencia en Ciudades

ESPAÑA

Un 20% de reincidentes

Hace un par de semanas, la Policía informó de la detención en Alicante de un violador en serie. Era el cuarto arrestado en 12 meses en la ciudad. Casos como este, o como el de Francisco López Maíllo, el violador del Eixample, que fue condenado en 1985 por haber cometido 29 violaciones en Barcelona, pueden trasladar la idea de que todos los agresores sexuales se caracterizan por su reincidencia. Sin embargo, esta sensación es errónea.
“Las personas condenadas por delitos sexuales no suelen tener un perfil de violador sistemático”, comenta Santiago Redondo, profesor de psicología y criminología de la Universidad de Barcelona y exresponsable del servicio de rehabilitación de las prisiones catalanas. “La tasa de reincidencia ronda el 18% o el 20% según distintos estudios mundiales”, añade.
¿Se puede hacer algo para corregir el impulso que mueve a estas personas a volver a abusar de mujeres? La mitad de los 70 centros penitenciarios que hay en España cuentan con programas de intervención con agresores sexuales con este fin. Y, a pesar de que los especialistas consideran la agresión sexual como uno de los comportamientos delictivos más resistentes al cambio, distintos trabajos apuntan en la dirección de que estos tratamientos pueden aportar resultados positivos.
En España se han elaborado dos estudios con resultados similares para evaluar la eficacia de los programas terapéuticos con agresores. Uno de ellos, dirigido por Redondo, analizó en 2006 el tratamiento de la prisión de Brians (Barcelona). Se comparó un grupo de 49 agresores sexuales que fue sometido a terapia con otro de 74 que no accedió a estas sesiones. Después de cuatro años, la tasa de reincidencia en el primer grupo fue del 6% frente al 18% del segundo. El estudio concluyó en la “considerable potencia rehabilitadora del tratamiento”, aunque Redondo admite que quizás los cuatro años de seguimiento son un periodo demasiado breve para obtener resultados más concluyentes.
Tina Alarcón, presidenta de la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas de Madrid insiste en esta idea. “Debe de pasar más tiempo para saber si estos programas funcionan, son demasiado recientes”, señala. Ella no confía en los tratamientos: “Los resultados son mínimos”. Prefiere apostar por la prevención en etapas escolares “donde se incide muy poco”. “En la asociación ofrecemos cursos a colegios y es desolador observar como se mantienen los estereotipos machistas que están detrás de estas actitudes”, asegura. La responsable de la entidad de ayuda a víctimas de agresiones sexuales destaca que buena parte de estos comportamientos comparten la raíz con los ataques machistas: “En multitud de ocasiones el impulso de estas conductas no es el placer sexual, sino el ejercicio del poder, de la sumisión y dar salida a las frustraciones”. De ahí, señala, la relevancia de trabajar las actitudes desde la escuela.





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